Sentirme sola ya no es novedad, la verdad, es algo que estaba esperando. Eso no significa que me guste estar sola, si embargo, a mal acompañada “es lo que hay” suelen decir.
Tengo un perro, un pobre perro que si hablara yo estaría muy mal parada, testigo de mis estupideces y decisiones abruptas, de las cuales no me he arrepentido en todo caso.
Es a este perro a quien llego a abrazar cuando llego del trabajo, a quien paseo cuando quiero justificar una salida de mi departamento, en fin, a quien yo quiero de forma recíproca.
Hoy me siento mas sola que lo normal, es por eso que a veces escribo para desahogarme en mi mar de silencio, ahora he aprendido que la soledad es lo que merezco por el momento, soledad pausada entre amigos y amigos, pero soledad al fin y al cabo, a la cual debo desmitificar para convertir en mi amiga, por que sin lugar a dudas pasare mucho tiempo así.
"Si uno se acostumbra, puede llegar a sentir la soledad como una gran aliada y sus momentos pueden llegar a ser todo un privilegio…"
Es lo que solía decirme un gran amigo escritor que hace poco murió de viejo...
...Es hora de comenzar a acostumbrarme.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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